02 marzo, 2015

Un "yo qué sé" del desastre constante.

Pueden partirnos la cara, pero no vamos a sentir peor dolor que el que nos producen los golpes de realidad.
Con el café a medias, las medias rotas junto con las ilusiones sin terminar salgo todos los días a la calle, con miedo, por si alguien me quiere encontrar. Porque llevo tanto tiempo perdida, sin encontrarme, que en el momento en el que quiero volver a conectar con el mundo siento que todo ha cambiado tanto que no encajo en ningún sitio.
Quiero empezar una nueva vida, empezar de cero, pero me asustan los comienzos. Porque mi vida es como una película en la que yo, la propia directora, no sabe encajar ni diálogos, ni ningún tipo de interacción para que quede algo medio decente.
Porque soy un desastre y, a estas alturas, creo que ya no tengo remedio.

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