24 julio, 2012

Creo.

Creo que he vuelto. Esta vez las cosas que me destrozaban ya no son para tanto. Ese miedo irracional se va poco a poco.
He aprendido que para hacer creer a alguien algo, primero tienes que creértelo tú. Así que empecé a creer que estaba bien, aunque muchas veces llorase recordando; pero así he conseguido volver a creer en mi, a tener esa confianza que tenía. Aunque debo admitir que no ha sido sólo a eso, sino a todas esas personas que en cada momento se preocupaban por mi y me preguntaban como me encontraba y que esperaban a que tuviese ganas y fuerzas para hablar sobre el tema, aunque tuviesen que esperar días, pero esperaban. Y os aseguro que no se movían por el morbo que pudiese causar esa información, porque se aburrieron de esperar y comenzaron a criticarme por la forma de comportarme que tengo ahora, ellos se movían porque querían verme bien, y lo han conseguido.
Aunque no sé si llegaréis siquiera a leer esto, os lo agradezco de todo corazón. Gracias por comportaros así conmigo.

08 julio, 2012

Estoy harta de ser buena persona.

Para mi el peor llanto es el que se hace en silencio. Ese que no quieres que nadie vea; ese, es el que de verdad duele. Y ese es el que llevo encima desde hace varios meses.
Pero me he prometido que se acabó. Ahora voy a ser borde, antipática, cortante, no se me va a pasar por la cabeza ser cariñosa, ¿buena persona? Eso se ha acabado. La gente se toma a cachondeo todo lo que hago por ellas porque soy buena, así que ahora seré la peor persona del mundo. Voy a hacer todo aquello que odio, porque estoy harta de que me hagan daño personas egoístas, y lo peor de todo es que lo pago con las personas que quiero y no con quien debería... Así pues, decidme adiós.