26 marzo, 2014

Siete años.

Recuerdo aquel 26 de marzo de 2007. Recuerdo cómo lloré a las ocho de la mañana. Recuerdo la primera vez que te tuve en mis brazos. Recuerdo todo como si fuese ayer.
Recuerdo que al empezar a hablar no eras capaz de decir "tita", que sólo te salía "tata", y a día de hoy, sigo siendo "tata".
Recuerdo cuando empezaste a andar. Esas tardes mirando cómo dabas vueltas por la cuna agarrándote al borde, viendo cómo a pesar de caerte te levantabas y seguías, cómo empezabas a dar saltos mientras te reías.
Recuerdo cuando empezaste a dejar el chupete.
Recuerdo cuando empezaste a nadar. Querías quitarte el flotador y los manguitos a los diez minutos.
Recuerdo todos los días que me he quedado contigo, cuidando de ti, jugando contigo, intentando que no llorases en ningún momento, intentando que no te aburrieras, intentando que estuvieras bien.
Recuerdo tus primeros regalos de Reyes. No había niño más feliz en el mundo en ese momento.
Recuerdo cuando me viste llorar encerrada en mi cuarto y me abrazaste sin más.
Aún guardo todas tus pequeñas obras de arte
Hoy cumples siete añitos, y te quiero más que el primer día de tu vida.
Gracias a ti no he cometido ciertas locuras. Locuras que no tenían vuelta atrás.
Gracias enano, me has salvado.