10 diciembre, 2011

No podemos matar el tiempo sin herir la eternidad.

Todos hablamos siempre, siempre estamos diciendo estupideces, algunas nos hacen reír, otras nos hacen sufrir, sin embargo, pocos somos los que sabemos cuando callar, los que sabemos que un silencio lo puede decir todo, siempre y cuando lo hagas en el momento justo. De vez en cuando es bueno callarse y tragar tu orgullo y tus palabras vacías de sentido, que no dicen nada que merezca la pena escuchar. Aplícate el cuento.

Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra.

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