17 diciembre, 2015
El ángel que llora.
16 noviembre, 2015
¿Qué quieres cuando seas mayor?
- Me gustaría ser psiquiatra, pero no soportaría la dureza de ese trabajo.
- Me gustaría ser psicóloga, pero no soportaría a alguien llorando en mi consulta, porque yo acabaría llorando también.
- Me gustaría ser profesora, pero no sería capaz de enseñar a tantos niños.
- Me gustaría ser arquitecta, pero no me fiaría de mis edificios.
08 noviembre, 2015
Nos separa más de lo que pensamos.
El reloj que nunca marca la hora.
09 septiembre, 2015
Crisis.
Hemos perdido las ganas de conocer cosas nuevas por el miedo a encontrar algo que no nos guste.
Hemos perdido la poca compasión que nos quedaba.
Hemos perdido la poca humanidad que nos distinguía.
Hemos perdido cualquier rastro de ganas de ayudar porque ya no nos importa nadie.
Hemos perdido cualquier ápice de ganas de vivir porque no queremos vivir como nos toca.
Hemos perdido las ganas de sonreír porque la vida siempre es injusta con nosotros.
Hemos ganado en egoísmo por no querer compartir algo que no es ni siquiera nuestro.
Hemos ganado en hipocresía por mentirnos incluso a nosotros mismos.
Hemos ganado en venta de antidepresivos y en falsa felicidad porque estar triste está mal visto.
Hemos ganado en deshumanización pues cada día sentimos menos por nosotros mismos y por el resto.
Hemos ganado en riqueza porque los pobres ya no quieren vivir.
03 septiembre, 2015
El mar.
13 agosto, 2015
Era un ángel.
Se llevó hostias de todos los colores y tamaños, le clavaron mil y un puñales por la espalda, perdió a cientos de personas pues, por un motivo o por otro siempre se iban o ella misma los echaba, quedó de mala de la película tantas veces que llegó a pensar que se merecía todo lo malo que pudiese pasarle.
08 agosto, 2015
Dos años y dos días
01 junio, 2015
Al final del pasillo tienes tu salida.
Déjame, otra vez, sola, vacía, aburrida y sin vida.
No quiero verte, oírte, sentirte, ni siquiera susurrarte sin querer.
Porque no te quiero, no te quiero en mi vida, quiero que te vayas, que me dejes. Porque quisiste entrar en mi vida de puntillas y acabaste dando zapatazos.
Un sinsentido más que quise creerme y acabó siendo un desastre, un caos inaccesible. Un lío que no duró ni una noche. Una resaca que no existió.
Pero me puse hasta arriba de verdades, de las mías, como cualquiera puede ponerse hasta arriba de heroína. Y después de aquello por fin lo supe.
Y te volví a querer, lejos, a kilómetros, y me daba igual si eran bajo tierra porque ya no me importabas, porque ya no disimulaba el asco que me dabas cada día desde primera hora de la mañana hasta que la noche nos consumía.
Y me aburrí de ti, de mí. De tus ganas de mentirme y dejarme como mentirosa. De mis ganas de darte otra oportunidad para crear algo distinto.
Y gracias a ti, ya me aburro con cualquiera y las cosas me importan menos, porque creía que eras diferente pero no me has demostrado nada más que trucos de magia mal acabados, donde el conejo no salía de la chistera, donde la moneda no estaba detrás de la oreja, donde no adivinabas la carta en la que pensaba, donde la chica a la que cortabas la partías de verdad.
Y ahora me das entre pena y asco, pero paso. Ya probé el fracaso en la comisura de mis labios y aunque no te probé, tenías el mismo aspecto. Disfrazado de palabras dulces, que habrían matado a cualquier diabético, pero tú no sabías que puedo ser tan ácida como quiera y que lo agridulce no está hecho para cualquier paladar.
Que no me las doy de especial, de fantástica, pero si hay algo que tengo claro es que no quiero a alguien capaz de ver mis palabras en un espejo, por si, de alguna manera y con algún que otro quizás, dándole la vuelta a todo lo que digo consigue estar conmigo.
20 mayo, 2015
Nervios
19 mayo, 2015
Ansiedad.
Foto sacada de internet |
14 mayo, 2015
Ni un segundo.
ese calor que se improvisa;
y con apenas un soplo, con una brisa,
volamos.
Y sin saber dónde acabamos
comenzamos a buscarnos,
y pobres de nosotros,
ingenuos, diría yo,
por creer que al encontrarnos
seríamos capaces de recuperarnos.
Fuimos fugaces, como las estrellas,
porque, estúpida de mí, creía que sanabas mis heridas,
cuando realmente se las lamías a todas ellas,
y el desengaño vino con tus idas y venidas,
porque estabas más ausente conmigo
que pendiente del daño que me hacías.
Y salí de donde no me querían,
o más bien me echaron,
con el alma a los pies,
con tus besos con sabor a café,
y con mis heridas abiertas,
pues por lo visto mis palabras y mis actos,
en todo momento, sobraron.
Un simple cruce.
En aquel paso de cebras, como todas las tardes, estaba ella, esperando a que aquel semáforo decidiera ponerse en verde para poder cruzar sin miedo.
En aquel cruce, estaba ella, esperando a que alguien se cruzase con ella, esperando que alguien cruzase una mirada con ella, esperando a alguien capaz de cruzar una mirada de complicidad con una desconocida. Con ella.
En aquel paso de cebras pasaba unos minutos todas las tardes, porque el semáforo la hacía esperar, y porque ella, a pesar de poder saltarse sin problema aquel cruce, quería esperar algo
Y a día de hoy sigue pasando unos minutos en aquel cruce, porque quizás esperar si que valga la pena, quizás no en ese lugar, pero ella sabe que algún día pasará unos minutos en otro cruce y que puede que ese sea el lugar donde ocurra algo que ella espera.
07 mayo, 2015
La curiosidad mató a la chica.
Al fin abrió los ojos, sobresaltada, a pesar de llevar horas tumbada en aquella camilla blanca, con cientos de focos apuntándola y otros tantos ojos mirándola.
Asustada, corrió buscando alguna esquina donde poder resguardarse de la luz, pero pobre de ella; aquella habitación era redonda.
Recorrió toda la habitación buscando alguna salida, golpeando, con tristeza y entre lágrimas, cada espejo; y, a pesar de que todas las personas de detrás de los espejos la veían, ninguna hacía nada para ayudarla.
La miraban con curiosidad, con extrañeza, con interés. Ninguno quería ayudarla, pero todos apuntaban datos, movimientos. La estaban estudiando, probándola, por el simple hecho de resultarle interesante a aquellos ojos faltos de historias.
Ella no era especial, era como toda esa gente, era una chica de piel pálida, con unos ojos y pelo oscuros. Pero aunque ella no quisiera, sí que existía una diferencia. Nadie era capaz de ver su propia historia como ella era capaz de ver la suya.
Y así pasó las horas, o los días, pues allí no dejaban existir la noche, sin probar nada de lo que pretendían que comiera y bajo el único escondite que existía en aquella jaula circular; esa camilla blanca en la que había despertado.
Para cuando quisieron darse cuenta, la chica ya no estaba. Habían hecho que la chica ya no fuese. Había sido, pero ya, simplemente, no era.
06 mayo, 2015
Allí murió.
Allí, sin mediar palabra y sin saber contestar a las preguntas que le hacía aquella gente.
''¿Qué te ha pasado?''
''¿De dónde vienes?''
''¿A dónde vas?''
''¿Quién eres?''
Balbuceando comenzó a hablar.
''Yo... No sé quién soy. Antes lo sabía, pero ahora no. Vengo de un lugar acogedor lleno de cosas bonitas, o eso creía hasta que me hizo esto...''
''¿Quién te ha hecho esto?''
''No sé a dónde voy, ni si realmente voy a algún sitio. Yo... Creía que me quería, que quería que estuviese a su lado, pero... Me ha hecho esto. Él me ha hecho esto, y me ha dejado aquí, a mi suerte''.
Y allí, a oscuras y de rodillas, desorientada y sin saber a dónde ir, con su vestido blanco manchado y su corazón entre las manos, allí terminó su historia.
05 mayo, 2015
Silencio, el mentiroso ha hablado.
Y ahí estábamos, un día más, yo buscando silencio y él hablando demasiado. Con su boca tan perfecta, cosiendo mentiras en mi vida, como si de una muñeca de trapo se tratase. Por eso yo buscaba silencio, porque no quería más mentiras que me hicieran la existencia dulce cuando vivía en agonía conmigo misma.
Probé cientos de veces a callarle, con un beso, con un ''por favor'', con una caricia... Pero la única respuesta que obtuve eran más mentiras perfectamente talladas con su boca.
Me estaba hundiendo, me estaba creyendo sus ''te quiero'' cuando, realmente, se estaba alejando cada vez más de mí. Por eso no quería más mentiras, ni un solo ''te quiero'' más, por eso buscaba silencio en sus palabras.
Y no tuve más remedio que coserle los labios con una despedida amarga hecha de mentiras, como él me enseñó.
Ahí acabó todo, con una persona con los labios cosidos para no oírla más, y otra en ruinas y con miedo a las reformas.
02 mayo, 2015
Sin saber vivir.
Porque no sé vivir hoy, sé vivir en el ayer, pero hoy... Hoy para mí no existe. ¿Y mañana? Mañana ni lo pienso porque siempre le espero y nunca llega.
Y es una pena que sin saber vivir, esté sobreviviendo.
Pobre niño pequeño.
Y pobre niño pequeño que ha llegado a adulto con tantos problemas que ya no sabe manejarlos y, sin querer, destroza la vida de los que sólo quieren ayudarle.
Y pobre niño pequeño, y pobre adolescente, y pobre adulto, y pobre gente que sólo quiere ayudarle. Y qué suerte tuvieron sus amigos, que le destrozaron la vida y ahora ellos tienen vida de sobra para vivirla.
16 abril, 2015
Las mariposas de su piel.
Cada día un nuevo reto. Cada noche el mismo final. El dulce, frío y duro acero contra su cuerpo dejando marcas en su blanca piel. Marcas que, para ella, no eran más que pequeños lugares por dónde dejaba escapar su dolor, su agonía. Marcas por dónde ella se escapaba sin darse cuenta. Pero un día más, fue un día menos, porque aquella noche su vida se escapó entre sus manos, entre sus lágrimas... Aquella noche, ella dejó de ser blanca como la Luna. Aquella noche, ella fue de un rojo más oscuro de lo normal. Aquella noche, ella fue pero se fue.
26 marzo, 2015
Silencios de advertencia.
02 marzo, 2015
Un "yo qué sé" del desastre constante.
Con el café a medias, las medias rotas junto con las ilusiones sin terminar salgo todos los días a la calle, con miedo, por si alguien me quiere encontrar. Porque llevo tanto tiempo perdida, sin encontrarme, que en el momento en el que quiero volver a conectar con el mundo siento que todo ha cambiado tanto que no encajo en ningún sitio.
Quiero empezar una nueva vida, empezar de cero, pero me asustan los comienzos. Porque mi vida es como una película en la que yo, la propia directora, no sabe encajar ni diálogos, ni ningún tipo de interacción para que quede algo medio decente.
Porque soy un desastre y, a estas alturas, creo que ya