En aquel paso de cebras, como todas las tardes, estaba ella, esperando a que aquel semáforo decidiera ponerse en verde para poder cruzar sin miedo.
En aquel cruce, estaba ella, esperando a que alguien se cruzase con ella, esperando que alguien cruzase una mirada con ella, esperando a alguien capaz de cruzar una mirada de complicidad con una desconocida. Con ella.
En aquel paso de cebras pasaba unos minutos todas las tardes, porque el semáforo la hacía esperar, y porque ella, a pesar de poder saltarse sin problema aquel cruce, quería esperar algo
Y a día de hoy sigue pasando unos minutos en aquel cruce, porque quizás esperar si que valga la pena, quizás no en ese lugar, pero ella sabe que algún día pasará unos minutos en otro cruce y que puede que ese sea el lugar donde ocurra algo que ella espera.
14 mayo, 2015
Un simple cruce.
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