El dinero, ese infame enemigo que se aloja en nuestras vidas.
Vive en nuestras carteras sin dar un ruido,
sabiendo que a medida que él crece, nosotros somos destruidos.
Queremos creer que el dinero es bueno,
pero él mismo nos hace la soga y nos ahoga.
Nos asfixia no tenerlo y tenerlo nos sube el ego,
del "no puedo" al "porque puedo".
Es triste ver como el querer no es poder,
sino que el poder adquisitivo es querer.
La sociedad en si es la que corrompe.
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