La boca seca por el dolor. Todavía no me lo creo. Cada palmo de mi ser lleno de incredulidad, de dolor, de desesperación, de llanto.
Gracias por todo lo que has creado, lo que has hecho, lo que has continuado, lo que has conseguido y lo que has intentado.
Te quiero abuelito.
Tú te has ganado la eternidad. Hasta siempre.
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